sábado, 20 de junio de 2015

Centro María: Con B de barato (II)

Como había prometido, hoy voy con la suite. En ese largo pasillo que veíais en la entrada anterior, se encuentra mi habitación, la 212 y como bien se indica en la puerta, hay que entrar con el corazón alegre, oh yeah! Yo que soy muy de organizar espacios, he dividido la habitación en 4: la entrada, donde encontraríamos la zona de aseo y el closet (no, no es walking-closet con luces que se encienden con dos palmadas); el despacho, con una mesa 4x4 y una silla forrada con plástico estampado con piel de serpiente, que da mas calor que  una sauna; a continuación se encuentra la cama y por último el living con su "barra" y nevera para invitar a los amigos a unas birras...  


Efectivamente, se han inventado mi nombre


Como bien podéis ver hay cuatro espacios, ¿los veis?

Como está en un segundo piso y esta es la ciudad que nunca duerme, aquí todos trasnochamos. Bien sea por la alarma de un coche que se pasa 8 horas seguidas sonando sin que nadie, ni siquiera la poli, haga nada para remediarlo (true story!), la guardia montada trotando con sus caballos (si, van a caballo...) o por las ambulancias, aquí no hay quien pegue ojo.  Ni hablemos de los bomberos y la jarana que montan a su paso porque señores, si fuses por cada vez que pasan y oigo sus sirenas, podría decir que en NYC hay un incendio al más puro estilo troyano cada día en cada esquina. Otro tema son las gentes que gritan y hablan a voces a causa de la pedrada mental que les ha regalado esta ciudad. Porque amigos, hay que admitir que cuando las necesidades básicas no están bien satisfechas, uno pierde el norte. Y comer, dormir, defecar y socializar son las cuatro necesidades fundamentales que todo neoyorkino tiene por colmar. Comer comen cualquier cosa, de cualquier manera y en cualquier momento. Uno no sabe si están con el desayuno, comida, cena, aperitivo, merienda, recena...siempre están comiendo mucho y todo grasoso. Eso si, siempre caminando por la calle, no vaya a ser que Wall Street vaya a caer 10 puntos entre bocado y bocado. Los hay muy gordos y las hay muy flacas (porque según me dicen, si no estas flaca y te ves bien, tus posibilidades de conseguir un buen trabajo ser reducen). Esquizofrénico 100%. Mucha gimnasia por la tele va a tener que hacer Michel Obama para arreglar esto...
Con esa comida y en ese ritmo, ya os imaginaréis que tienen todos los problemas alimenticios, intestinales y nerviosos del planeta. (Suerte que en la suite siempre tengo, como diría Gemma, el kiwi de la mañana). 
Y qué decir de las necesidades de aprecio. El crack está causando estragos (believe me! Vivo a dos calles de un centro de desintoxicación), pero más lo está haciendo el individualismo y el consumismo. Si le sirves a alguien, te tendrá en cuenta, si no, pasas a la lista de "bultos" (tengo la teoría de que aquí la gente no ve personas, sino bultos en movimiento). Y qué ocurre con esto, pues que hay mucho loco suelto que en realidad necesita ayuda, mucho anciano con ganas de palique y un descentre total de lo importante y lo accesorio. Pero esto da no para una entrada, sino para una tesis. 

Así que seguid viendo mi suite y yo seguiré pegando mordiscos a la Big Apple.  ;-)




Closet y make up. Todo muy organizado.

Aquí el minibar, con su barra y nevera. 

Y aquí las vistas...

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