lunes, 24 de noviembre de 2014

Sobre bodas, bautizos y bazares persas

¡Que vivan las bodas! En invierno, en verano; de mañana, de noche; pequeñas como un partido de fútbol de alevines o grandes como una presentación en sociedad de aspirantes de buena cuna. Y como no, los vestidos de novia de tul, plumeti, crepé o encaje; de terciopelo, mikado o seda salvaje. Y los ramos silvestre, de peonias, bouquets de rosas o una sencillo ramo de lavanda. Tampoco podemos olvidarnos de esas bodas "handmade" que tanto se llevan, es decir, aquellas de gente mañosa, con bajo presupuesto (o no) que deciden hacerlo ellos todo a mano; esas en verdad son mis favoritas y responden con mucha personalidad a las expectativas de detalles que se espera de un evento de tal calibre.




Las invitaciones, los meseros y los siempre divertidos photocalls van a marcar la diferencia entre una boda o una boda blog; de una celebración insípida o el evento del año en la red.  Parece que últimamente no te has casado si no te dedican una entrada en un portal de novias, donde las bloggers y weddings planners utilizan expresiones y palabras tan petulantes y manidas  como "conecté con la novia desde el primer momento" "encontré sus fotos y me enamoré al instante" y  "la maquilló muy natural y destacando su personalidad fulanita de tal, una artista".


¿Nos hemos vuelto locos o qué? ¿De verdad necesitamos jarrones con velas y flores,  paipais para las invitadas, pizarras para indicar donde sentar a los invitados o un mono con platillos que amenice la espera a la novia? ¿Necesitamos un coctel con distintas barras de comida asiática, turca y mexicana previa a un banquete de dos estrellas Michelin? ¿Organizamos las bodas pensando en el día o en la posibilidad de ser explotada en esta segunda venta que es la web y amortizar del todo la experiencia a ojos de los que fueron y de los que no?

He de decir que estos blogs son una continua fuente de ideas e inspiración y son preciosos a la vista y al gusto. Me encantan los detalles, me gustan esas fotos de vestidos, flores y momentos de celebración, pero más aun las anécdotas que atesoran invitados y novios que pasan a la posteridad, y que pasados los días, los meses y los años cuentan con cariño, guasa y cierta añoranza. La inflación de estos blogs me ha hecho pensar si ese SI QUIERO sin condiciones al amor de tu vida queda eclipsado por una festival de buen gusto y, en ocasiones, de derroche. Así es que muchos piensan que no pueden casarse porque "no tienen dinero", y se olvidan de que si han encontrado a la persona y celebran ese pacto de amor y de honor que es la boda, lo tienen todo

Yo digo SI A LAS BODAS, si a celebrar la mayor fiesta y homenaje que les vas a dar a tus amigos poniéndote a ti y a tu pareja como excusa, pero sobre todo digo si a revalorizar el sentido de ese día, que no es otro que el compromiso, la unión y el amor de los que se casan; los invitados somos testigos de excepción que nos comprometemos a apoyar y acompañar en este viaje a los que empiezan esa aventura. Por eso que tu boda no sea un bazar persa y si un bazar de amigos y familia dispuestos a celebrar y apoyar; que no sea una feria de vanidades y si un homenaje a los esposos; que no sea un motivo de complejo o de conflicto por lo que anhelas y no tendrás y que sea motivo de ilusión para la aventura arriesgada y apasionante solo apta para valientes que comienza. Porque los blogs son una ventana virtual, pero el amor es lo más real que podemos vivir, compartir y celebrar.





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